Sábado 7 de mayo:
"—Lo que voy a decir a continuación sé que no le va a caer bien a nadie y lo siento, pero así es: debieron pasar 40 mil asesinatos (o como dice el presidente Felipe Calderón: '35 mil o los que sean...') y el asesinato del hijo de un poeta, Javier Sicilia, para que la sociedad mexicana apenas alcance a participar en una manifestación (y por cierto que las demandas de la misma, más allá del hartazgo social que reflejan, no dejan de ser confusas: por un lado, por ejemplo, se dice —y se sabe— que el gobierno es cómplice y parte fundamental del éxito que al menos algunos de los cárteles de tráfico de drogas tienen en sus actividades, que su política contra la población civil no es accidental sino así pensada y, por el otro, se le pide a ese mismo gobierno que que termine con la llamada 'guerra contra el narcotráfico' y que haga justicia ante las decenas de asesinatos diarios en territorio mexicano, lo cual, todo junto, parece, sinceramente, un sinsentido), manifestación que, por lo demás, y perdón por decirlo, pero no resuelve nada, pues incluso antes de que finalice dicha manifestación ya el presidente Calderón ha anunciado —¡vaya sorpresa!— que no cambiará su política contra dichos cárteles... Por tanto, y a reserva de escuchar el mensaje que tiene que dar Javier Sicilia el domingo 8, considero que los mexicanos pueden ir a llamar la atención y mostrar su inconformidad mañana a las calles y al Zócalo de la Ciudad de México, pero pueden confiar en que todavía no están dando los valientes y necesarios pasos para que la situación por la cual protestan realmente cambie..."
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Se estima que asistieron 15 mil personas a la manifestación en en la Plaza Catedral de la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en apoyo a la manifestación a la que, a su vez, convocó el poeta Javier Sicilia y que termina mañana domingo en el Zócalo de la Ciudad de México.
El comunicado de la insurgenicia zapatista, leído por el comandante David aunque firmado por el Subcomandante I. Marcos, es simplemente un mensaje de apoyo y solidaridad hacia este movimiento civil, un mensaje que se muestra respetuoso de éste y que, por lo mismo, contiene algunas contradicciones. Se pronuncian a favor de detener la "guerra contra el narcotráfico" del gobierno mexicano, una guerra con la que los ciudadanos nunca estuvieron de acuerdo (pero, deberemos añadir, tampoco hicieron lo suficiente para detenerla)... Dice que quienes convocaron a esta manifestación tan sólo "quieren justicia y que el dolor que han sentido y sienten no llegue al corazón de otras madres, otros padres, otros familiares, otras amistades [...]. ¿Y que les responde el gobierno [cuando sus familiares piden justicia]? [L]es responde con declaraciones y promesas mentirosas, tratando de cansarlos y de que olviden y se olvide su desgracia. [...] Y [a las víctimas inocentes] los vuelve a asesinar al declarar que eran criminales que fueron atacados por otros criminales." Afirman que al demostrar su apoyo no intentan "responder a la pregunta de qué sigue"... Eso corresponderá al movimiento civil. Deberemos, entonces, esperar a que sea este movimiento el que dé el primer paso y esperamos también que tengan un plan eficaz para lograr lo que sea que quieran lograr.
"—Lo que voy a decir a continuación sé que no le va a caer bien a nadie y lo siento, pero así es: debieron pasar 40 mil asesinatos (o como dice el presidente Felipe Calderón: '35 mil o los que sean...') y el asesinato del hijo de un poeta, Javier Sicilia, para que la sociedad mexicana apenas alcance a participar en una manifestación (y por cierto que las demandas de la misma, más allá del hartazgo social que reflejan, no dejan de ser confusas: por un lado, por ejemplo, se dice —y se sabe— que el gobierno es cómplice y parte fundamental del éxito que al menos algunos de los cárteles de tráfico de drogas tienen en sus actividades, que su política contra la población civil no es accidental sino así pensada y, por el otro, se le pide a ese mismo gobierno que que termine con la llamada 'guerra contra el narcotráfico' y que haga justicia ante las decenas de asesinatos diarios en territorio mexicano, lo cual, todo junto, parece, sinceramente, un sinsentido), manifestación que, por lo demás, y perdón por decirlo, pero no resuelve nada, pues incluso antes de que finalice dicha manifestación ya el presidente Calderón ha anunciado —¡vaya sorpresa!— que no cambiará su política contra dichos cárteles... Por tanto, y a reserva de escuchar el mensaje que tiene que dar Javier Sicilia el domingo 8, considero que los mexicanos pueden ir a llamar la atención y mostrar su inconformidad mañana a las calles y al Zócalo de la Ciudad de México, pero pueden confiar en que todavía no están dando los valientes y necesarios pasos para que la situación por la cual protestan realmente cambie..."
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Se estima que asistieron 15 mil personas a la manifestación en en la Plaza Catedral de la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en apoyo a la manifestación a la que, a su vez, convocó el poeta Javier Sicilia y que termina mañana domingo en el Zócalo de la Ciudad de México.
El comunicado de la insurgenicia zapatista, leído por el comandante David aunque firmado por el Subcomandante I. Marcos, es simplemente un mensaje de apoyo y solidaridad hacia este movimiento civil, un mensaje que se muestra respetuoso de éste y que, por lo mismo, contiene algunas contradicciones. Se pronuncian a favor de detener la "guerra contra el narcotráfico" del gobierno mexicano, una guerra con la que los ciudadanos nunca estuvieron de acuerdo (pero, deberemos añadir, tampoco hicieron lo suficiente para detenerla)... Dice que quienes convocaron a esta manifestación tan sólo "quieren justicia y que el dolor que han sentido y sienten no llegue al corazón de otras madres, otros padres, otros familiares, otras amistades [...]. ¿Y que les responde el gobierno [cuando sus familiares piden justicia]? [L]es responde con declaraciones y promesas mentirosas, tratando de cansarlos y de que olviden y se olvide su desgracia. [...] Y [a las víctimas inocentes] los vuelve a asesinar al declarar que eran criminales que fueron atacados por otros criminales." Afirman que al demostrar su apoyo no intentan "responder a la pregunta de qué sigue"... Eso corresponderá al movimiento civil. Deberemos, entonces, esperar a que sea este movimiento el que dé el primer paso y esperamos también que tengan un plan eficaz para lograr lo que sea que quieran lograr.
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