Lunes 9 de mayo:
Dice Sergio Sarmiento en su artículo de hoy: "Si la sociedad está justificada en encarcelar a alguien por consumir voluntariamente un producto, éste debería ser el alcohol y no la [marihuana]." Tan sólo en territorio estadounidense hay varias decenas de miles de muertos cada año por ingesta excesiva de alcohol (y con esto quiero entender que se incluyen tanto accidentes, como enfermedades causadas por esta sustancia). Por otra parte, "[e]l tabaco es el gran asesino: provoca más de 400 mil muertes al año sólo en Estados Unidos." Sarmiento habla sobre la relación entre dosis mortal y dosis efectiva, la cual es muchísimo menor en el alcohol que en la marihuana. Por otra parte, "[e]l grado de adicción de la marihuana es bastante menor al alcohol y, por supuesto, al tabaco." Por tanto, dice, "considero que el Estado no tiene derecho de prohibir a los individuos el uso de ninguna de estas sustancias." Se puede ver que esta es la misma postura que sostiene Héctor Aguilar Camín. Curioso, ¿no?
Dice Sergio Sarmiento en su artículo de hoy: "Si la sociedad está justificada en encarcelar a alguien por consumir voluntariamente un producto, éste debería ser el alcohol y no la [marihuana]." Tan sólo en territorio estadounidense hay varias decenas de miles de muertos cada año por ingesta excesiva de alcohol (y con esto quiero entender que se incluyen tanto accidentes, como enfermedades causadas por esta sustancia). Por otra parte, "[e]l tabaco es el gran asesino: provoca más de 400 mil muertes al año sólo en Estados Unidos." Sarmiento habla sobre la relación entre dosis mortal y dosis efectiva, la cual es muchísimo menor en el alcohol que en la marihuana. Por otra parte, "[e]l grado de adicción de la marihuana es bastante menor al alcohol y, por supuesto, al tabaco." Por tanto, dice, "considero que el Estado no tiene derecho de prohibir a los individuos el uso de ninguna de estas sustancias." Se puede ver que esta es la misma postura que sostiene Héctor Aguilar Camín. Curioso, ¿no?
En las reseñas periodísticas se calcula que 150 mil personas asistieron a la manifestación. Hubo más de 70 víctimas de la guerra que contaron sus testimonios en el templete del Zócalo de la Ciudad de México. Entre las consignas estuvo el "¡Fuera Calderón!"... Sobre el Pacto por un México en paz, con justicia y seguridad, leído por Olga Reyes y Patricia Duarte, se dijo que "en caso de no haber respuesta se emprenderán acciones de resistencia civil y pacífica"... Se reporta que, antes de salir de CU, Javier Sicilia dijo: “Hay que tener los huevos para no claudicar, para no pagar impuestos y hacerlo todos, para rodear el Senado o la Cámara de Diputados hasta que nos hagan caso”. Pidió también una reforma política con "revocación de mandato, voto en blanco, segunda vuelta y referéndum”.
Como dice Julio Hernández López en su columna de hoy, el primer paso se dió ayer. "[Una] característica importante de lo sucedido ayer es el planteamiento de un conjunto de propuestas que constituyen un plan de trabajo [...]. La movilización nacional tiene ahora un programa que ahonda en las causas de la crisis actual [...]. La marcha de ayer fue un primer paso, pero evidentemente hay un largo trecho por recorrer." Si es que este movimiento civil tiene o no liderazgos fuertes es algo que está por verse: ¿qué mejor liderazgo que las víctimas de la "guerra contra el narcotráfico"? Hérnandez López resalta "la participación consejera de sacerdotes [con] compromiso social..."
Tiene toda la razón Hernández López en señalar (hasta con dureza, diría yo) las contradicciones internas de este movimiento civil. Y llama la atención sobre el primer tema controvertido que se debería de tratar abiertamente: "poca visión y efectividad tendrá este movimiento si no asume que el origen del horror hoy denunciado y combatido proviene del pecado original, es decir, del fraude electoral cometido por un personaje resentido, ambicioso y de mala entraña que por ánimos reivindicatorios de su figura tan impugnada ideó una forma bélica de asentarse en la silla esquiva, aplastar disidencias, cercenar derechos y libertades y planear fórmulas violentas para continuar en el poder mediante delincuencia electoral organizada."
"Uno de los planteamientos de la movilización dominical más llamativos mediáticamente fue, por ejemplo, el de pedir la renuncia de Genaro García Luna, el turbio ejecutante mayor de las suertes de seguridad e inseguridad públicas que desde Los Pinos se tejen. Tal vez los cálculos gradualistas hayan llevado a centrar las protestas en un personaje indefendible y, sin duda, altamente responsable de la tragedia nacional. Pero, a fin de cuentas, el cineasta gore no se mueve por sí mismo ni está en el cargo por decisión propia: la responsabilidad jurídica, política e histórica de lo que ha sucedido en este tramo sangriento de la administración pública federal recae en Felipe Calderón Hinojosa." Con su particular estilo continúa sobre lo mismo: "Una sonora muestra de esa convicción colectiva se produjo ayer mismo, cuando en la Plaza de la Constitución creció un coro tajantemente adverso al citado comandante Felipe. [...] A fin de cuentas, desde el propio templete se atemperó el reclamo y los ánimos justicieros fueron encaminados a la parcela de García Luna Productions, convertido así en candidato a chivo auditivo con el que Calderón daría muestra de haber escuchado las voces ayer manifestadas (muestra que podría apostarse que FC no dará)." Hernández López señala que se advirtió que de no escuchar sus demandas se tomarían medidas de resistencia civil. Finalmente, dice: "Es de esperarse, dado el cuadro clínico previo, que Calderón acere su discurso, abuse del poder facturado que tiene en la mayoría de los medios de comunicación, fortalezca su alter ego armado, el ingeniero García Luna continúe como si nada con su campaña militar-electoral y cometa peores daños sociales que harán crecer la protesta y las movilizaciones."
Tiene toda la razón Hernández López en señalar (hasta con dureza, diría yo) las contradicciones internas de este movimiento civil. Y llama la atención sobre el primer tema controvertido que se debería de tratar abiertamente: "poca visión y efectividad tendrá este movimiento si no asume que el origen del horror hoy denunciado y combatido proviene del pecado original, es decir, del fraude electoral cometido por un personaje resentido, ambicioso y de mala entraña que por ánimos reivindicatorios de su figura tan impugnada ideó una forma bélica de asentarse en la silla esquiva, aplastar disidencias, cercenar derechos y libertades y planear fórmulas violentas para continuar en el poder mediante delincuencia electoral organizada."
"Uno de los planteamientos de la movilización dominical más llamativos mediáticamente fue, por ejemplo, el de pedir la renuncia de Genaro García Luna, el turbio ejecutante mayor de las suertes de seguridad e inseguridad públicas que desde Los Pinos se tejen. Tal vez los cálculos gradualistas hayan llevado a centrar las protestas en un personaje indefendible y, sin duda, altamente responsable de la tragedia nacional. Pero, a fin de cuentas, el cineasta gore no se mueve por sí mismo ni está en el cargo por decisión propia: la responsabilidad jurídica, política e histórica de lo que ha sucedido en este tramo sangriento de la administración pública federal recae en Felipe Calderón Hinojosa." Con su particular estilo continúa sobre lo mismo: "Una sonora muestra de esa convicción colectiva se produjo ayer mismo, cuando en la Plaza de la Constitución creció un coro tajantemente adverso al citado comandante Felipe. [...] A fin de cuentas, desde el propio templete se atemperó el reclamo y los ánimos justicieros fueron encaminados a la parcela de García Luna Productions, convertido así en candidato a chivo auditivo con el que Calderón daría muestra de haber escuchado las voces ayer manifestadas (muestra que podría apostarse que FC no dará)." Hernández López señala que se advirtió que de no escuchar sus demandas se tomarían medidas de resistencia civil. Finalmente, dice: "Es de esperarse, dado el cuadro clínico previo, que Calderón acere su discurso, abuse del poder facturado que tiene en la mayoría de los medios de comunicación, fortalezca su alter ego armado, el ingeniero García Luna continúe como si nada con su campaña militar-electoral y cometa peores daños sociales que harán crecer la protesta y las movilizaciones."
Miguel A. Granados Chapa habla hoy en su artículo para Proceso sobre las amenazas de muerte a la periodista Anabel Hernández, quien ha denunciado al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna por complicidad (de él y su grupo) con el crimen organizado, enriquecimiento ilícito, entre otras cosas... Hace refencia al papel que jugó García Luna en la fuga de Joaquín Guzmán Loera, "el Chapo", en enero de 2001, del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco y a la campaña de desprestigio contra la revista Proceso en la que "[u]n delincuente convertido en testigo protegido [...], apareció en la pantalla [en Televisa] señalando al reportero Ricardo Ravelo y a la revista misma de recibir dinero del narcotráfico", desde que la revista presentó, en noviembre de 2010, un adelanto del libro de Hernández, Los Señores del Narco. "'En la SIEDO, dice Anabel Hernández, hay una pila de expedientes que duermen el sueño de los justos con imputaciones directas contra él y su equipo por sus presuntos nexos con la delincuencia organizada; la PGR se ha negado a entregarlos; ni siquiera permitió que los comisionados del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública les echaran un vistazo. Se entiende por qué'. También se rehúsa a informar sobre el número de averiguaciones previas abiertas contra García Luna entre 1999 y 2008."
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